sábado, 22 de junio de 2013

TABLAS DE DAIMIEL

Pasarela hacia la isla del Pan


Al igual que en nuestra visita al Bom Jesús de Braga y al Palacio de Mateus en Vila Real (Portugal), es la fuerza de la imagen, de una sola fotografía, lo que ha sido el motor de este viaje. En este caso era la imagen de las pasarelas sinuosas de las Tablas de Daimiel, en Ciudad Real,  vista desde no recuerdo cuando, la que me animaba a un viaje que al fin he podido realizar.




Vista desde el Molino de Molemocho
Recuerdo la lectura de un panel indicador hacia este destino en dos ocasiones: a comienzo de los noventa en nuestra primera visita a La Mancha y hace cinco años viajando hacia Andalucía. Nunca era el momento adecuado para ir: o por un ya apretado programa de viaje o por el estado de deterioro de las Tablas, que parecía definitivo.

Han sido las lluvias de  estos últimos años y especialmente en éste, las que han conseguido su aparente recuperación. Hemos oído tantas veces a lo largo del año "Las Tablas están como nunca", que elegir este destino para una escapada era la opción más acertada.

En la ruta amarilla
Cuando hace años me sentía tentada a visitar este Parque Nacional, me planteaba si más allá de sus fotogénicas pasarelas, yo tendría capacidad de apreciar la belleza de un lugar llano, cubierto de agua, con hierbas y patos que yo sería incapaz de identificar. Los años me han aportado muchas cosas y una de ellas es que, a medida que han aumentado las experiencias de vivir la belleza, ha aumentado mi capacidad de percibirla. y a medida que aumentan las decepciones y las pérdidas personales, la belleza allá donde esté, es el mayor bálsamo. Además esta belleza de la Naturaleza exige poco y aporta mucho.

Ribera del Guadiana

Y cómo no ser capaz de disfrutar lo que este año encontramos en las Tablas de Daimiel después de conocer su historia. Se trata de la segunda zona húmeda de España después de Doñana y el mayor masegar europeo, una formación vegetal lacustre, típica de la cuenca del Guadiana. Estas tablas fluviales son láminas de agua de poca profundidad que se producen cuando los ríos rebosan sus márgenes e inundan terrenos de los alrededores. En este caso confluyen los ríos Guadiana de aguas dulces y Cigúela de aguas saladas junto con el aporte húmedo de uno de los mayores acuíferos de España, el acuífero 23, de 5.500 kilómetros cuadrados y una profundidad de 70 m. 

Este humedal atrae en otoño grandes concentraciones de aves invernantes que pueden contarse por miles y que se suman a las que conviven durante todo el año.

Pasarela entre carrizales
Fue declarado Parque Nacional en 1973. Se pretendía con ello contribuir a la conservación de uno de los ecosistemas más valiosos de nuestro planeta y asegurar la supervivencia de la avifauna que utiliza este espacio como zona de invernada. Pero casi al mismo tiempo se introducen cambios en la agricultura de la zona: especies de regadío, viticultura de regadío frente al tradicional secano, un "desarrollismo" cada vez más exigente con el uso del agua, proliferando decenas de miles de pozos legales e ilegales que con el tiempo serían fatales para el parque, llegando a la desaparición por sequía de las lagunas y condicionando gravemente el futuro de la zona.

Ya en 1973 habían desaparecido muchas hectáreas desecadas de la lámina de agua y un colectivo, la llamada "gente del río", entre ellos 300 familias de pescadores, principalmente de cangrejo de río. Otras personas vivían de la recolección de materias primas vegetales procedentes del medio acuático: masiega, enea, carrizos y su posterior trabajo de artesanía.

La Laguna Permanente en la ruta roja

La sobreexplotación del acuífero 23 llevó a tal degradación que en 2009 la Comisión Europea abrió un expediente a España que se unía a la anterior advertencia de la UNESCO la cual planteaba la posibilidad de retirar la figura de Reserva de la Biosfera. Las lagunas se habían agostado varias veces y en el año 2009 la turba comenzó a arder por autocombustión. La turba, reseca y agrietada, comienza a oxidarse y calentarse cuando el oxígeno penetra por las grietas llegando así a la autocombustión. En aquel momento yo pensé que nunca podría conocer este lugar.

Se hicieron transvases, se dice que se controló el uso de pozos y si en la "Casa del Agua" en Daimiel un panel nos informa que frente al uso abusivo de riegos la solución no puede venir del cielo, parece ser que han sido las lluvias las que han devuelto este esplendor aparente. 

Porque lo que hemos encontrado en este mes de junio, pese a que ya gran parte de las aves han volado hacia el Norte es espléndido. Y nuestra experiencia es compartida por tantos otros viajeros que aquí han acudido este año. Una visita en la página de Tripadvisor puede darnos idea de esta realidad comparando las opiniones vertidas por viajeros en este año 2013 con las de otros visitantes defraudados en 2011. Claro que quien es capaz de hacer un comentario semejante para expresar su decepción se ha informado poco previamente de la fragilidad del ecosistema que va a visitar o quizá esperaba un Aquapark que parece que es lo que busca muchas veces el turista. Parques temáticos, atracciones de las que dar cuenta en la web, que a la vuelta de nuestro viaje nos bombardeará preguntando nuestra opinión acerca de la última atracción que visitamos. Y en  este término atracción se debe englobar todo, pues nunca encuentro una alusión al último museo, paraje natural, monumento, ciudad, ruina que visité y no puedo opinar porque para mí no son atracciones.

Ave acuática
Mi experiencia en Las Tablas ha sido extraordinaria. Se mezclan en este sentimiento lo que aquí encuentro con lo que llevo conmigo, la satisfacción de haber podido dejar el trabajo
a tiempo, circunvalar Madrid sin problemas de tráfico, llegar en el atardecer de un viernes y poder disfrutar de una luz impresionante, adentrarnos en una sinfonía de cantos que me avisan que estoy rodeada de vida, descubrir esa vida en la variedad de vegetación que nos invade y en esas aves que se muestran confiadas tras un día tranquilo de visitas.

Vista desde la Torre de Prado Ancho

Hemos pasado dos atardeceres en Las Tablas recorriendo las tres rutas establecidas. Volver a disfrutar de las luces cambiantes,los reflejos, el olor, el color de la madera y sus herrajes, la vida de las aves y sus crías, a pesar de la dura realidad que me rodea es parte del recuerdo inolvidable que de aquí me llevo.

http://www.lastablasdedaimiel.com/
 





2 comentarios:

  1. Nos encanta el post, el vídeo y las imágenes.
    Lo replicamos en twitter @tablas_daimiel blog http://lastablasdedaimiel.blogspot.com.es y facebook http://www.facebook.com/pages/LasTablasdeDaimielcom/285320633114 como una experiencia enriquecedora. Gracias

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